La cita
Abandoné mi habitación y me dirigí al patio, donde ella me preguntó donde estaba porque oía interferencia, y yo que será tu teléfono, que es de mala calidad como su dueña, no, no es cierto, es que estoy afuera de la casa y hace mucho viento. Sí, también hacía viento por su casa, que no quería ni asomarse a la ventana, que pasaría esa noche del sábado mirando televisón. Te hablé, le dije, porque precisamente no había nada en la televisión y pensé en platicar un poco y saber lo que has hecho ultimamente. Sonrió. Al quedar en silencio, le dije que si quería ir al cine, o a cenar, o a caminar simplemente. Esperé su respuesta. Ella continuó en silencio y me dijo que no jugara con eso. No es un juego, que sí, cómo crees que va a ser un juego invitarte a salir. Qué bonito sería, dijo al final.
Inició otra pausa. No me atreví a cambiar de tema, así que fue ella quien habló: gracias por llamar, te quiero mucho. Yo más, respondí. ¿Vendrás? No lo sé, prefiero no decir nada. Cuídate, ¿está bien? Tu también. Te espero. Nos vemos pronto. Ojalá.
*A Karla, a quien no he visto en diez años.
2 comentarios
josue -
carmina -
también es muy bueno tu blog. sigue escribiendo.